
Se movia de un lado a otro buscando la oportunidad de salir. A ratos se veía imposibilitado de moverse y con el peligro de desaparecer, pero de pronto resurgia con nuevas fuerzas siendo alimentado furiosamente por lo que acontecia allá en el exterior. A un paso de salir y consumarse... a un paso de desaparecer. Allá en el exterior, delicias maliciosas le invitaban a participar. Solamente una puerta le impedia tomar el control, una puerta que podía abrirse en cualquier momento...
De pronto, la puerta es abierta... y lo que no era, ahora es.
"...Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte."
Santiago 1: 15.
nO lO dEjEs sAlIr... hAzlO dEsApArEcEr.