
De pronto, en medio de la densa oscuridad, aparece un rayo luminoso rasgando el cielo entenebrecido. La luz viaja rápidamente, sin descansar, sin agotarse, sin disminuirse. El sonido de los que regresan a buscar a los caídos rompe el silencio abrumante de aquella noche fría, mientras los cuerpos deformes de demonios se impacientan y comienzan a temblar de pavor reconociendo aquella sublime Luz que se acerca. El sonido del crujir de sus amorfos dientes deja entrever que su tiempo de opresión se está terminando…

2 comentarios:
creo saber quien eres, AMIGO!
sigue escribiendo bendiciones!
¡¡¡Qué día!!!
Lo esperamos.
Publicar un comentario